Imagina un domingo cualquiera, te enfundas la camiseta de tu equipo,  coges tu bufanda, y partes para el estadio con tus amigos. De repente, y  sin saber por qué, mientras celebras el triunfo de tu equipo las  fuerzas del "orden público" comienzan a dar porrazos a todo el que está  alrededor, se genera una situación de auténtico caos y durante ese  alboroto, recibes un pelotazo en la cabeza, caes inconsciente al suelo,  te trasladan al hospital y tras una larga agonía, tu cuerpo no puede  más.
No podrás ver nunca más al club de tus amores, a tu equipo  le falta una garganta alentándolo partido tras partido y la persona que  ha hecho imposible que tú puedas volver a disfrutar de tu club, a  disfrutar de tus amigos, a disfrutar de tu vida y que los demás la  disfruten contigo, sale totalmente impune. ¿Eso es lo que queremos? ¿Nos  estamos jugando la vida por el simple hecho de pasar un buen rato? No  es el primer caso, ni mucho menos, en los que uno de nosotros, simples  aficionados, sale de su casa para ver un partido y no vuelve al término  de este. 
Hace poco más de 4 años, un seguidor italiano de apenas  26 años de edad fue asesinado por un miembro de la policía italiana,  hoy lloramos en España la muerte de Iñigo Cabacas, seguidor del  Athletic, que como Sandri y otros muchos más, fue asesinado por las fuerzas del orden. Esto no se puede permitir, podía  habernos pasado a cualquiera de nosotros.
Iñigo, en nombre de todos los amantes del deporte en España, descansa en paz.
 

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario